Nuestra experiencia nos indica que muchas pequeñas empresas se han dedicado a construir su identidad visual, pero pocas han desarrollado su identidad verbal.
Una marca – desde el punto de vista comunicacional- es más que un logo y un slogan. Es un conjunto de los atributos y valores característicos -positivos y/o negativos- del negocio que atribuyen significados a nuestra oferta y determinan la manera como somos percibidos por las audiencias.
Una marca representa la expresión del propósito de una empresa y su impacto en colaboradores, aliados, clientes y demás actores que de una u otra manera interactúan con la organización. Debería aportar la verdadera esencia del negocio, en todo momento y en todo lugar.
Agregamos, que es todo aquello que los consumidores piensan, dicen, sienten y comparten sobre el negocio, en base a sus valores, estilo de vida, necesidades y expectativas. Por lo tanto, establece cómo queremos ser percibid@s y definen la forma en la que nos relacionamos desde el primer contacto.
¨El posicionamiento de marca debe enfocarse en el espacio que deseas tener en la mente de tu cliente, de modo que te diferencie de tu competencia¨. Forbes.
Puntualizando, la identidad de una marca refleja la asociación con:
- Los atributos característicos, únicos, diferenciadores y/o relevantes de su modelo de negocios.
- Los valores que comparte con los consumidores.
- Las soluciones que proporciona o expectativas que satisface, basadas en las necesidades, intereses, valores y estilo de vida de sus potenciales clientes.
Pero, hay que tener cuidado en caer en una lista interminable de términos favorables y positivos sobre la empresa, sus colaboradores, productos y servicios.
Implica desarrollar una estrategia que conecte la personalidad del negocio (incluyendo su estructura organizacional, operativa y funcional) con la motivación de relacionamiento, compra y lealtad del cliente, estableciendo coherencia en cada interacción y contacto.
La comunicación no es solo el lenguaje expresado en palabras o imágenes, nuestras actitudes, acciones, comportamientos y expresiones, verbales o no verbales, también comunican.
Las palabras se las lleva el viento.
Las pequeñas marcas deben superar los conceptos básicos y claves de la comunicación y el mercadeo, para lograr efectividad, impacto y especialmente, ahorro en términos de rentabilidad.
Descubre el valor de establecer una estrategia de marca, que te permita definir un recorrido hacia un destino sostenible, a través de una hoja de ruta escalable y clara, antes de activar tus interacciones.
- Realiza un análisis y diagnóstico de la empresa, la competencia y referentes del sector, tomando en cuenta fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas del entorno, estrategias aplicadas y tendencias del mercado.
- Segmenta tu mercado meta, con la identificación de los perfiles de consumidores, aliados, prescriptores y audiencia en general, amplificando aspectos tales como, sus necesidades, intereses, preferencias, expectativas y comportamientos.
- Desarrolla un posicionamiento potente, diferente y relevante, con una identidad visual y un discurso narrativo coherente y consecuente con tus objetivos de negocios, para posteriormente poder gestionarlo efectivamente.
- Diseña la personalidad de tu marca, a través de una guía de relacionamiento, con las pautas necesarias para comunicar, interactuar y especialmente participar en la conversación en entornos digitales.
Con frecuencia, detectamos que las pequeñas marcas comienzan por compartir contenido y publicidad en redes sin un rumbo preestablecido y estratégico, dejando a un lado la capacidad de planificación, no solo de las acciones sino de los escenarios.
Los aspectos anteriores garantizan en gran medida, que las metas están alineadas a la realidad del negocio y el mercado dirigidas a la audiencia adecuada. Por lo tanto, la marca ya cuenta con los cimientos básicos para desarrollar su estrategia de branding, promociones y comunidad y establecer plan de comunicaciones, marketing y social media.
Plasma tus objetivos específicos, los cuales deben ser realistas y medibles. Establece una metodología y cronograma, estima presupuestos y define los indicadores de éxito (KPIs).
Es importante tomar en cuenta que el sitio web es nuestra casa en el mundo digital y el centro de nuestra estrategia. Nos permite tener presencia, posicionamiento y la posibilidad inicial de atraer más clientes de forma orgánica.
Las redes sociales son canales complementarios para conectar con esos posibles clientes, tener un contacto más cercano y humanizar la marca.
La combinación estratégica de nuestros activos digitales puede potenciar el crecimiento de los pequeños negocios de una manera exponencial, pero para aprovecharlos se debe definir primero la estrategia, tácticas y acciones.
Si quieres diseñar tu estrategia de marca o brindarle un nuevo valor en el mercado, siguiendo nuestra metodología demostrada, contáctanos.